25/12/14

Misión de San Francisco Javier de Viggé Biaundó

 
Hace mucho tiempo que quiero presentar fotos de esta Misión. Me ha sido difícil ya que es la que más me gusta y, por lo mismo, la que más he fotografiado. Ese gusto es por varias razones, una es que a inicios de los 70’s, mi papá tuvo oportunidad de conocerla, y me dijo que era una de las misiones más impresionantes que había visitado. Después pude ver una fotografía de cuando su atrio aún no había sido arreglado, y su apariencia era la de una iglesia en medio de la nada o, más bien, en medio de una sierra inhóspita.

En diciembre del 2006 por fin tuve oportunidad de ir ahí. En ese entonces el camino todavía era de terracería, y la descripción del trayecto transmitía la sensación de peligro y dificultades, no por ser particularmente largo, ya que son aproximadamente 36 kilómetros desde Loreto, sino por ser muy empinado, con curvas, y relativamente estrecho. Casi todo era cierto, excepto lo de ser estrecho. Por otro lado estaba en muy buen estado, recién “raspado” como dicen por acá, de tal forma que no había baches ni piedras en el camino. Las vistas son muy bellas, ya que el camino sigue a tramos el cauce de un arroyo, y sube por una cañada hasta llegar a una meseta en la Sierra de La Giganta. Es en esa zona donde se asienta la misión, que de hecho se encontraría en la vertiente del Pacífico, y no en la del Golfo de California, pese a la cercanía.

Aquí yo les voy a presentar las fotos que más me gustan de las varias visitas que he hecho. Verán que la calle principal ya está adoquinada, y las casas a los costados desvanecen la impresión de que se trata de un pueblo fantasma. Sin embargo sigue siendo muy tranquilo, pese a que la carretera que lo une a Loreto fue pavimentada hace algunos años lo cual, curiosamente, la ha hecho menos agradable, ya que ahora es un poco más estrecha, con lo que le agregaron la dificultad que le faltaba, ya que lo empinado y sinuoso no se lo quita nadie.

De su nombre indígena averigüe que el significado de Viggé es “tierra elevada que domina el valle”, mientras que Biaundó era el nombre que le dieron los Cochimí al manantial. Así que supongo que vendría siendo “las tierras altas del Biaundó”, o algo así.

La Misión de San Javier, fue la segunda que se estableció en la península. Por lo que leí, los indígenas Cochimí invitaron a los misioneros jesuitas establecidos en Loreto a fundarla, lo cual hicieron en 1699.

Sin embargo, un par de años después, el padre Francisco María Piccolo, su fundador, decidió abandonarla ante la posibilidad de que hubiese una rebelión de los indígenas. La causa de la rebelión no se dice, quizás no fue algo tan grave, ya que el jesuita Juan de Ugarte regresó en 1702.

Originalmente la misión se asentó en un lugar que actualmente se conoce como Rancho Viejo. Si se llega desde Loreto, la desviación a ese sitio está unos 5 kilómetros antes de llegar a lo que es su asentamiento actual. Yo aún no lo conozco, pero leo que ahí aún se encuentra el horno que usaron para obtener cal, así como los restos de una represa que construyeron hace poco más de 300 años.

Entiendo que fue aquí donde se introdujeron por primera vez los olivos y la vid, por lo que fue el primer lugar en la península en que se produjo vino.

La construcción actual fue realizada bajo las órdenes del sacerdote Miguel del Barco, se inició en 1744 y se terminó en 1758. Entre sus curiosidades está el que su altar se trajo desde Tepotzotlán, un municipio aledaño a la Ciudad de México; otro aspecto curioso es que fue el primer lugar cuyas ventanas tuvieron cristales. Se piensa que en su construcción intervinieron miles de indígenas, aunque para 1768 únicamente había  480 “cristianos”. En 1800 eran 111 y en 1817 se encontraba desierta, ya que no había indígenas supervivientes (Vernon, 2002).
La primera foto es de la entrada al pueblo. La iglesia tiene su parte frontal hacia el norte.


La siguiente fotografía fue tomada en agosto del 2007. Aunque ya es época de lluvias y de ciclones, el año había sido bastante seco.

En la parte oriental de la iglesia se encuentra un pequeño panteón. No es muy antiguo, las tumbas deben rondar un siglo. No he preguntado sobre la ubicación del panteón principal.


En la parte occidental se encuentran los restos de lo que debe haber sido un estanque. La fotografia es de abril de este año, que es el inicio de la época de secas. Al terreno pedregoso que se ve en las laderas le llaman "malpaís". A mí me parece extraordinariamente descriptivo.

La parte posterior no tiene mayor detalle, así que mejor pongo esta vista un tanto lateral, para agregarle la dimensión humana.

Ahora les presento el altar que trajeron desde un par de miles de kilómetros. Es una más de las hazañas desquiciantes resultado del fervor religioso, que en realidad se manifiestan en cada una de las misiones que se hicieron.

Aunque la siguiente fotografía no es buena, permite apreciar dos cosas. La primera es que la misión es un sitio de peregrinación, un lugar para ir a cumplir "mandas"; la festividad principal se celebra el 2 de diciembre. 
Según he visto y leído, en ese día llegan a San Javier los rancheros de la región, no es raro que lleguen a caballo incluso desde La Paz. Las fotos que he visto son muy reveladoras de la importancia que se le da a esa misión a nivel regional. El otro aspecto es la parte del coro. En el libro cuyo título anoto más abajo, sugieren imaginarnos a los indios cochimí ocupando ese espacio, cantando. A mí se me encoge el corazón cuando lo hago. No dudo que fuese bello, pero saber de su carácter efímero es sumamente triste.



La misión de San Javier se considera la mejor conservada de las misiones de Baja California, aunque hay quienes dicen lo mismo de la misión de San Ignacio de Kadakaamán. Supongo que es cuestión de gustos y perspectivas, pero la otra misión ya luego se las presentaré, para que formen su propio juicio.

Un aspecto adicional de este paseo es que el camino constituye quizás la única ruta transitable para adentrarse en la Sierra de La Giganta desde la costa del Golfo. A partir de San Javier, si uno continua, puede llegarse hasta el Oceáno Pacífico. De ese camino se desprenden varias brechas que llevan a pequeños caseríos y rancherías. Son lugares agrestes, aislados y, en alguna medida, inmersos en un modo de producción más propio del siglo XIX que de nuestra época. Llegar a San Javier no es sino conocer la parte más accesible de esa cultura de frontera.

Así que ya luego les iré presentando lo poco que conozco de esos lugares. Por lo pronto me despido con una par más de fotos. Son del pasado julio, según nos dijeron había llovido en abundancia en días recientes, lo cual los llena de regocijo.



Saludos y un abrazo permanente, no sólo de temporada.

RRS

Vernon, E. W., 2002. The Spanish Missions of Baja California. University of New Mexico Press. 303 pp.

21/7/14

Loreto

Loreto fue el primer asentamiento permanente que existió en la península, ya que los pueblos indígenas eran nómadas itinerantes. La Misión que dio origen a la ciudad actual fue fundada por los jesuitas en el año de 1697, su nombre completo es “Misión de Nuestra Señora de Loreto Conchó”. El último término quiere decir “mangle rojo” que es una de las plantas que crece en las marismas de la zona; aparentemente los jesuitas tenían por costumbre agregar el término que usaban los indígenas para referirse al lugar en que asentaban una misión.
 
Pese a ser el enclave de mayor antigüedad, y con todo y ser considerada la “Capital Histórica de las Californias”, la ciudad no llegaba a los 15000 habitantes en el censo del año 2010.

Lo reducido de su población no sólo es consecuencia del despoblamiento que ocurrió con la desaparición de la población indígena, sino también por desastres naturales como temblores y ciclones. Por otro lado, la migración interna debe ser de alguna importancia, ya que desde hace mucho tiempo las principales opciones de educación y empleo se hallan en el sur del estado.

Si uno busca información, se encuentra con que la misión fue abandonada en 1822, y en 1829 el poblado fue arrasado por un ciclón, momento en el que la capital del territorio se trasladó al sur. También puede leerse que la iglesia se colapsó en 1877 a consecuencia de un temblor. Es hasta la década de los 60’s del siglo XX que se inicia la reconstrucción del templo y que la ciudad inicia un nuevo periodo de crecimiento, en gran medida impulsado por la construcción de la carretera transpeninsular, la cual se concluyó hace apenas 40 años.

Seguramente debido a que en muchas ocasiones el material de construcción fue el adobe, además de los desastres naturales, la ciudad en realidad no cuenta con muchas construcciones antiguas. Ahora les presento algunas fotos que tomé en el año 2006 de lo que es la Misión.




La calle que pasa frente al templo conduce al Palacio Municipal, y luce así:

La que sigue es del año 2013; el edificio a la izquierda se utilizó como escuela pública hace unos 50 años. Actualmente es el “Museo de las Misiones”, que tiene una exposición permanente que vale la pena ver.

Por último, les presentó una vista del malecón, que mide poco más de un kilómetro, y el pequeño muelle turístico. A mí me gusta mucho que adornen estos lugares con esculturas. La del tiburón ballena me parece bastante buena.




Si uno quiere recorrer la península en toda su longitud, y quiere hacerlo por un camino pavimentado, necesariamente pasará a un costado de Loreto, yo pienso que vale la pena parar, y dedicarle tiempo a conocerlo.

A mí lo que más me mueve a regresar son su museo, la plaza en que se asienta el templo de la Misión, y el hecho de que es la puerta de entrada a la Sierra de la Giganta, que aunque no fuera más que por el nombre, es algo que vale la pena ver, y adentrarse aunque sea un poco en sus estribaciones y cañones. Recientemente me dí cuenta de que también debe agregarse la posibilidad de visitar el “Parque Natural Bahía de Loreto”, que incluye la Isla Coronado, que recién presenté acá.

Pero también me es grata la mezcla de orgullo, sencillez y hospitalidad de quienes viven ahí, amén de un excelente helado de guanábana.

En fin, espero que alguna de las fotos les haya gustado y los anime a conocer Loreto.

RRS

7/6/14

Complacencias X. Flores de Garambullo.

Hace mucho tiempo que no hago complacencias, aunque en realidad eso también es porque he escrito muy poco.


El caso es que hace algunos años hice una complacencia cuyo tema eran los garambullos.

En ese entonces Carmen me hizo la observación de que se extrañaban las fotos de las flores, y así era. Apenas ahora, en semana santa, se me hizo conocerlas y fotografiarlas. Tuvieron que pasar cinco años para encontrarlas.

Este cacto tiene un aspecto curioso, ya que los ejemplares maduros desarrollan esas espinas largas y grises en la parte superior. Lo interesante es que ahora leo que esa es la parte madura del organismo, y por ello es la que produce flores y frutos.

Pero para ver más fotos de la planta completa, les pediré que vayan a ver las que presenté en ese entonces (aquí), porque se me hace chafa andarlas repitiendo. Aunque la verdad es que en esta ocasión, por la emoción y falta de tiempo, olvidé fotografiar las plantas enteras.
 
Ahora paso a presentarles una selección de las fotos de las flores.







Ahora de los frutos, todos verdes excepto el último, que me encontré en el suelo y que algún animalejo ya se había comido. Yo sigo sin probarlos.






Ya por último, otras vistas, para que aprecien la densidad de la floración y fructificación.



Las fotografías las tomé en las cercanías de la Misión de San Javier, que está a 35 kilómetros de Loreto, pero la especie se distribuye en casi todo el estado de Baja California Sur.
 
Bien, espero que las fotos les hayan gustado. Por mi parte diré que a mí me parece una de las flores más delicadas que me ha tocado ver.

Saludos.

RRS

26/5/14

Islas de Baja California. 1. Isla Coronado

Después de más de un año de no venir a poner nada, ya mejor me pongo a escribir sobre lo que les quiero presentar, antes de que nuevamente sea absorbido por mi cotidianidad.

Hoy quiero presentarles lo que hice uno de los días de la pasada semana santa, en la cual viaje a la ciudad de Loreto. Esa ciudad está aproximadamente en la parte central del estado de Baja California Sur, sobre la costa del Golfo de California. Ya luego presentaré algunas fotos del lugar, ya que ahora, no sé por qué, tengo la compulsión de mostrarles la travesía que hice a la Isla Coronado.

Esa isla es una de las cinco que están dentro del Parque Nacional Bahía de Loreto. Según yo es la más pequeña de todas, y también la más cercana al puerto, por lo que parece ser la más visitada de todas.

En ese parque marino concurren varias especies de cetáceos en diferentes épocas del año, aunque me parece que hay poblaciones residentes. De eso tratan las siguientes fotografías.

En las primeras, presento una manada de delfines (Delphinus sp.) Yo calculé que eran unos 200 ejemplares, pero el capitán de la lancha nos dijo que más bien eran 300. Me costó trabajo tomar fotografías aceptables, ya que estaban comiendo y se movían muy rápido, en vez de dedicarse a hacer piruetas y jugar. El capitán también nos dijo que el ha visto manadas mucho más grandes, lo que me han confirmado compañeros de trabajo que han navegado en el Golfo de California, y han observado grupos de miles de animales (en la primera y última, al fondo se encuentra otra de las islas del parque, la Isla del Carmen. En la tercera y cuarta aparece la Sierra de la Giganta, en la península de Baja California).






En realidad nosotros nos acercamos a esa manada debido a que el capitán había visto los chorros de vapor que lanzaba una ballena de aleta (Balaenoptera physalus); a mí me llamó mucho la atención que ambas especies anduvieran comiendo juntas. Como de costumbre las fotos de cosas en movimiento no me salieron bien, aquí les dejo las mejores.






El paseo consiste en darle la vuelta a la isla empezando por su lado oriental, y navegando en sentido contrario a las manecillas del reloj. Esa parte es la más expuesta a los vientos y corrientes del Golfo, por lo mismo es donde se aprecia en mayor grado el desgaste que la erosión ha causado en las rocas. La suavidad que parecen tener las curvas de las rocas es realmente impresionante.




Avanzando por el lado oriental, se pueden observar lugares donde se refugian aves marinas como los bobos de patas azules (Sula nebouxii).


 También es en el lado oriental donde se encuentra la “lobera”. Puesto que no era época de reproducción, la colonia estaba en calma. Como pueden ver, la mayor parte de los lobos (Zalophus californianus) estaban haraganeando.

A mí me resulta muy curioso el hecho de que puedan permanecer dormidos y sin inmutarse en lo más mínimo pese a que el agua les salpica y, en ocasiones, las olas alcanzan los lugares en que se encuentran. Eso si es tener la conciencia tranquila.












Pasando ese lugar, aún hay que sortear una punta rocosa para lograr llegar a la parte de la isla que hace frente a la península.



En el lado occidental se encuentran tres playas muy pequeñas, pero con arena muy suave. Puesto que apenas era martes, había pocas personas. 

No había mucha variedad de peces, pero seguramente debe aumentar cuando aumente la temperatura en el verano. Detrás de una de las playas parte un sendero que permite llegar a la cima de la isla, que en realidad es un volcán extinto.


Como pueden apreciar, y era de esperar, la isla es árida y con escasa vegetación, así que si se quiere hacer ese paseo lo mejor es esperar el invierno para no correr riesgo de deshidratarse e insolarse.

Les dejo la última foto que tomé, cuando ya íbamos regresando a Loreto.


Espero que alguna de las fotos les haya gustado.

Saludos.


RRS