La parte antigua de la Ciudad de La Paz está delimitada, por su costado oeste y en un arco que se extiende hasta su lado norte, por un cuerpo de agua que es conocido como "Ensenada de La Paz".
La parte Norte-Noroeste de "La Ensenada" esta delimitada por una península que mide aproximadamente 10.5 km. de largo, es conocida como "El Mogote" (Ver ilustración hasta abajo).
Acerca de "El Mogote" se pueden contar muchas cosas, algunas feas y otras bonitas, pero de momento me concentraré en un aspecto de su geografía. Su parte más estrecha, su "cintura". Indudablemente forma parte de las cosas bonitas.
Ahí hay dunas. No es una extensión muy grande. He calculado que, si acaso, serán unas cinco hectáreas. Pero son dunas, están bien cerquita y, viendo hacia el norte, se encuentra un paisaje muy bello. La Bahía de La Paz y el Golfo de California.
Total, el otro día me fui para allá y tomé, entre otras, las fotos que ahora les presento.
En realidad tomé pocas fotografías de las dunas, la de arriba es la mejor. Y es que llegaron otras personas y se pusieron a corretear y trepar. La verdad es que no me gustaron las dunas con sus huellas.
Lo bueno es que empezó a soplar el viento, así que se fueron. Y es que, la verdad, la arena puede ser muy desagradable cuando se te viene a esa velocidad. Las dos fotografías que siguen no están ni fuera de foco o movidas, esa percepción se debe a que la arena se está moviendo. En la segunda se aprecian los granos de arena "volando".


Andando por ahí, pude obtener un par de fotografías de dos de los animales que habitan en esa zona. El primero es el "Babisuri de las Dunas" (para los del altiplano, viene siendo el cacomixtle); es una subespecie de distribución muy restringida que, como se aprecia, es capaz de resistir el azote de la arena sin inmutarse.

El otro fue el "Búho Paquistaní" que, evidentemente, es una especie exótica (introducida). De ella se dice que, a diferencia de otras aves con las que está emparentada, es capaz de cazar de día. Aquí, en esta zona, ha desarrollado una particularidad impresionante. Como pueden apreciar lleva a su cría en su seno. De esa forma la protege de la intemperie, de depredadores y, a la vez, le enseña sus técnicas de caza.

Pero la vida siempre quiere extenderse y enseñorearse de cuantos espacios pueda, y es así como hace uno y otro intento por invadir y colonizar las dunas. Viene a ser uno de tantos ejemplos de lo que es la dialéctica en su expresión natural.

Y ya, casi para acabar, aquí les presento a uno de esos "invasores", de los que viven en esa transición entre la hostilidad absoluta de la resequedad, el viento y la violencia arenosa, y la tenue protección que puede dar una vegetación exigua ¿Lo ven?


Ahora sí, nomás para que se ubiquen. Ésta es la imagen que tomé del "Google Earth". Ahí aparece tanto la ciudad, como "El Mogote", y el lugar en que están las dunas.