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15/8/10

La Trinidad- IV

Desde hace tiempo debí haber presentado las fotografías que me faltan de las pinturas rupestres de “La Trinidad”.

No lo había hecho porque quería averiguar más sobre el tema, pero la verdad es que, a más leo, más inabarcable me parece.

Sin embargo quiero anotar algunas cosas que recién leí en el libro de Crosby*, quien me parece es el autor de la obra más completa sobre las pinturas rupestres de la península de Baja California.

Una de las cosas que señala es que su primera impresión de las pinturas de “La Trinidad” es que eran graffiti aborigen, debido al desorden y la disparidad de tamaños y estilos, así como la posición o perspectiva de algunos de los animales representados. Pese a lo anterior, él considera que la calidad de varias de las figuras es no sólo muy alta, sino además distinta a la de la zona “Gran Mural”, que se encuentra hacia el norte.

Para éste lugar, entre los elementos que él destaca figuran, en primer término, el Venado “Bura” macho acompañado por tres cervatos (yo nada más veo dos); el pez con una flecha que parece mostrar sus vértebras como si fuera una radiografía, así como un “mono” que también parece mostrar los huesos; el menciona que además hay otros peces, venados, “monos” y un conejo.

Bueno, aquí si quiero anotar que, según yo, hay dos “monos-esqueleto”, el otro se observa en la primera fotografía, pero de esas dos representaciones a mí lo que más me llama la atención es que tienen seis dedos, a la mejor por eso lo(¿s?) mataron.

Por otro lado, me parece que su conejo es liebre, ya que tengo entendido que por acá no hay conejos. Además yo veo un cánido, que podría ser un coyote o una zorra.

Otra cosa que escribe Crosby es que estas pinturas si estaban en el interior de una cueva, lo que ocurrió es que el techo se desgajó. En su momento yo no me di cuenta, pero él apunta que en el suelo algunas de las piedras tienen restos de pinturas.

Bueno, como antes, presento la fotografía normal, y esa misma ilustración, pero virada hacia el amarillo. Y es que después de varios ensayos, me di cuenta de que de esa forma es como “aparecen” algunas de las figuras ocultas. Supongo que es debido a los pigmentos que utilizaron.

Aquí están las fotos. A ver qué encuentran ustedes.














Y esta es la referencia del libro que mencioné arriba; es un libro que acá se puede conseguir con cierta facilidad.

Crosby, H. W., 1997. The Cave Paintings of Baja California. Discovering the Great Murals of an Unknown People. Sunbelt Publications, San Diego, California. 246 pp.

RRS

21/4/09

La Trinidad-III


La verdad es que tenía pensado hacer una síntesis de lo que se sabe sobre las pinturas rupestres de BCS, de ahí que no hubiese seguido con la presentación de éste tema.

Pero descubrí que, afortunadamente, se sabe mucho más de lo que yo creía. Es decir, es tarea de especialistas, así que ni al caso.

Seguiré leyendo sobre eso, porque, de veras, es fascinante. Por lo pronto les digo que, al final, anotaré algunas referencias que vale la pena leer. La primera es fácil de obtener.

Respecto a las fotografías que presento voy a anotar una serie de cosas en las que, espero, no equivocarme en forma excesiva. 

La primera es que el mural de "La Trinidad" se encuentra en la parte sur de lo que se denomina la tradición de "Gran Mural". En esa zona la pintura "naturalista" o "representativa" empieza a ser abstracta.

La siguiente es que todo indica que estas obras son producto de la cultura Cochimí, que es la que ocupó la parte norte del estado de BCS,

Otra cosa que sé es que, en éste caso particular, los venados representados son Venados "Bura", que es el herbívoro terrestre más grande que habita la península.

Lo restante parece quedar mucho en la especulación, a mí una de las cosas que más me fastidia y fascina es la forma en que "encimaban" y "sobreponían" figuras.

Les presentó ahora fotografías de ese mural.  Van por pares, siendo la segunda contrastada o "virada" para resaltar algunos detalles.

Ya por último. Desde mi punto de vista el mural está dividido en cuatro cuadrantes "naturales". Me refiero por "natural" a la conformación de la pared, que evidentemente está resquebrajada desde los tiempos en que los hicieron.

Aprecio dos áreas relativamente pequeñas a la izquierda. El panel mayor, en la parte superior derecha, y un panel en la parte inferior derecha.

Es al último al que me referiré en esta ocasión.



La pregunta es ¿qué ven ustedes?

Déjenme decirles que, respecto al último par de fotografías, le hice esa pregunta a un grupo de amistades (biólogos), y me ayudaron a "ver" aspectos de las pinturas que no había apreciado.

Lo cierto, y lo bueno, es que esto no hace daño a nadie.

A mi me deja anonadado.

Espero que alguna de las fotografías sea de su agrado.

RRS

- Arqueología Mexicana. Vol. XI. No. 62.

- Crosby, H. W., 1997. The Cave Paintings of Baja California. Discovering the Great Murals of an Unknown People. Sunbelt Publications, San Diego, California.

- Gutiérrez, M. L. & J. R. Hyland, 2002. Arqueología de la Sierra de San Francisco. INAH. Serie Arqueología.


17/2/09

La Trinidad-II


Me acabo de dar cuenta de que tengo mucha flojera de escribir, pero muchas ganas de presentar varias fotografías.

Hoy quiero continuar con lo que ya había iniciado, que es la visita que pude hacer a unas pinturas rupestres que se conocen como "La Trinidad". Aquí ya escribí sobre ello, así que ahora las notas serán mínimas.

Esta es la entrada al cañón en el que se encuentran las pinturas; en fechas recientes se construyó ese "gavión", que es como les llaman acá a las represas. Eso impide avenidas y facilita que el agua alimente el manto freático, aunque también provoca que lo que era un arroyo permanente haya desaparecido en algunos tramos.

En la mayor parte de las fotografías apreciarán fuertes contrastes de luz. Pienso que es debido a lo estrecho y alto del cañón, que provoca que casi siempre haya una parte con sombra y otra iluminada con la intensidad típica de estas tierras. Dicho lo anterior, tengo pretexto para que las fotos estén bien contrastadas y como que medio malas, pero ni modo, es un efecto difícil de compensar.

En las fotos que siguen se ve el camino que uno tiene que recorrer. Es pura piedra bola con tramos en los que hay que vadear agua. La verdad es que las fotografías desmerecen de lo que uno va viendo. Paredes altas llenas de recovecos y agua cristalina.


En el libro que cité en el otro capítulo sobre "La Trinidad" apuntan que era necesario nadar en algunos tramos para llegar a las pinturas, y sugerían llevar balsas o llantas para evitar que las cámaras u otros objetos se mojaran. En la actualidad, si acaso, uno se moja hasta el ombligo.

Algunas de las cuevas casi dan envidia. Me imagino dormir ahí la siesta, ahíto de pitayas y lagartijas, despertarme y poder bañarme en esas aguas calmas y frescas. Eso sí, tenía uno que andar a las vivas, ya que esas cuevas son producto de la erosión provocada por las crecidas. O sea que si empezaba a llover, pues córrele para arriba antes de que te arrastren las avenidas.


Y aquí está mi primera foto del mural de "La Trinidad".

Sí, ya sé, medio les decepciona. Los colores son pálidos y diera la impresión de que hay poco que ver.

En realidad sin el artificio de la cámara el ojo humano aprecia mucho más, pero de momento lo único que nos queda es usar las ventajas que nos da la fotografía digital, y saturar y contrastar para que la imagen de un poco más de sí.

Y es entonces cuando uno empieza a quedarse boquiabierto.


Como dije en alguna ocasión, a mí me fascinan las huellas de manos. Quizás porque las asocio fuertemente con nuestra humanidad, con algo que nos hermana.

En fin, aquí pongo un par de ampliaciones de las manos que aparecen al centro de la imagen previa. ¿Qué nos quisieron decir? ¿Fue un sólo autor que pinto tantas veces como pares de manos hay? ¿Cada par de manos representa a un autor diferente? ¿Los ponían para indicar que ya no valía seguir pintando?

Sepa.


Pero de veras que qué impresión tan fuerte transmiten.

En la siguiente entrega de la serie les iré presentando las distintas secciones del mural.

No desesperen, ya llegarán.

Por lo pronto, espero que alguna de las fotos les haya gustado.

RRS

3/11/08

Pinturas Rupestres. Piedras Pintas.


"Piedras Pintas" es un lugar que está entre Loreto y la Misión de San Javier.

El camino es bellísimo. 

Es una terracería que se adentra en la Sierra de la Giganta, y que se ve atravesada varias veces por el cauce de un  arroyo. Las vistas son espléndidas, ya que en algunos puntos es posible ver el Golfo de California.

Es en un sector del cauce en donde se encuentra la pared que le da nombre al lugar: "Piedras Pintas". Según mi mapa, el arroyo debe ser el de "Las Parras".

Yo conozco únicamente cuatro lugares que tienen pinturas rupestres. Este es uno de ellos e, indudablemente, son las menos llamativas que he visto pero, como en todos los casos, el paisaje es impresionante.

Cabe decir que incluso el que no las considere muy atractivas no afecta la emoción de ver algo que fue plasmado hace tantísimos años. Eso no está en función de la `calidad´, sino de la "intención" que se percibe. La de comunicar o transmitir "algo".


Un extracto de la información que proporciona el INAH respecto al sitio señala que se utilizaron los colores negro, rojo, amarillo y blanco. Dice también que no es posible hacer una interpretación irrefutable, dado que son figuras abstractas. Se consideran resultado de prácticas chamánicas en las que pudieron tener cabida: movimientos rítmicos, cantos, danzas e hiperventilación. También mencionan el tabaco, pero la verdad que ahí si no, porque acá no se da. Es demasiado árido, incluso en cuencas como las de este arroyo.

Vale decir que, en realidad, acá hay otras plantas que pueden inducir estados de alucinación que pudieran explicar lo extraño de la composición y las figuras.

Pero bueno, ya mejor las presento. Primero es la vista general, luego por secciones y, al final algunos detalles.

Secciones (de izquierda a derecha):



Detalles (evidentemente muy resaltados):




Y aquí es donde viene la bronca, porque yo veo rete bien clarito lo siguiente:

- Tortugas y quitones
- Y si no son quitones son flores de pitaya agria cortadas a lo largo, con un cuchillo de piedra bien afilado.
- Y penachos y hartos puntitos. 

No, no uso drogas. Se ven clarititos.

Y para que vean que no ando bien enajenado, les presento unas de las plantas que crecen sobre las rocas, ahí, al lado de las "Piedras Pintas".





Ya vámonos, pues.

Y, me crean o no, el arroyo de "Las Parras" se ve así desde arriba. "Piedras Pintas" está en esa cañada, la que tiene las palmeras. Y allá, al fondo, está el Golfo de California.



Espero les hayan gustado las fotografías.

RRS

PD. Para algunas de las pinturas se han estimado 7000 años de antiguedad; se piensa que dejaron de ejecutarse cuando los españoles colonizaron la península. 

9/10/08

La Trinidad-I


La Trinidad es un rancho que está a 29 kilómetros al suroeste de Mulegé ("Baja"; 6ª ed., J. Cummings).

Lo mejor es pagar para que lo lleven a uno ya que, al menos cuando yo fui, era un camino de terracería que no tenía señales, por lo que es fácil perderse. En realidad el camino sigue a ratos el cauce de un arroyo, por lo que en tiempo de lluvias me parece que puede ser intransitable casi para cualquier vehículo.

Además de lo anterior, hay otra razón para pagar por el servicio. Las disposiciones del INAH obligan a que cada persona que va a visitar sitios con pinturas rupestres deba registrarse en sus oficinas más cercanas. También es obligatorio contratar un guía (que en algunos casos es un residente del "sitio" que ha sido avalado por el propio INAH).

A mí eso me gustó, ya que es una forma de proteger ese patrimonio. Si acaso algo triste, ese registro permite apreciar que la cantidad de mexicanos que visita el sitio es muy reducida.

Así que ya medio les dije, aunque se oiga rete incómodo, va uno ahí para ver pinturas rupestres, cardones gigantescos y bellísimos paisajes.

Es cuando uno va yendo que se da la oportunidad de ver los cardones. Esta especie es diferente a la que he mostrado antes. Esta es mayor, pudiendo alcanzar los 20 metros; se calcula que algunos ejemplares podrían tener 200 años.

Utilzando a mis acompañantes como referencia, pude calcular que el que aparece en la siguiente fotografía medía como 15 metros. La especie del sur "nomás" alcanza los 10 metros.

Aquí ya sin personas.

Y este sería una vista de ese entorno. Noten que aquí el cardón no tiene ninguna asociación con los mesquites.

Aunque pueda no creerse, estas pinturas rupestres son razonablemente accesibles, eso pese a que una vez llegados al rancho se debe caminar un buen trecho por el cauce de un arroyo con pura piedra bola (usando el "Google Earth" creo que calcule 6 km entre ir y regresar; en tiempo unas tres horas).

A diferencia de lo que suelo hacer, ahora si voy a poner fotos de a despacito. Poquito a poco, pues, nomás pa'que haga vicio.


Esta toma es de cuando uno ya llegó al rancho y va caminando al cañón del arroyo en el que se encuentran las pinturas, según nos dijo el guía esas rocas son señales puestas ahí por los antiguos habitantes (nómadas) de la región. Por los autores de las pinturas, pues. Son mojoneras. Imposible saber si se consideraban colindancias entre grupos o entre lo físico y lo espiritual.

El que sigue es un petroglifo. Se los presento a color y en blanco y negro porque es muy tenue, y no sé cuál se verá mejor.



Según el guía, se piensa que representa a una venada pariendo.

De ahí tomé esta foto, hacia la derecha.

Y ya acá es viendo hacia el frente. Es en ese cañón donde se encuentran las pinturas rupestres. Vean los cactos en la cima. Bien tipo vigías.


Ahora vean que chulada. Aparentemente los metates no eran transportados, sino que se "dejaban" para ser utilizados por cualquiera que pasara o regresara. Buena onda los cuates.

Es el mismo, nomás otra toma.


La que sigue como que ni al caso, pero me gustó. Me impresiona la forma en que los seres vivos se empecinan en conquistar y arraigar en zonas tan inhóspitas. Aquí acababa de pasar la época de lluvias. Les faltaban varios meses para recibir un aguacero, y eso quién sabe. A puro rocío van a estar esos pitayos ¿cómo la ven? Eso si, solecito no les va a faltar.

Y aquí, de a tiro a lo chafa, repito la última foto del capítulo previo. En blanco y negro para que no critiquen mucho. Mi única justificación es que están en la entrada del cañón, en sentido real y figurado, sin ellas no podría iniciarse el recorrido ¿no?
Son las mismas manos, quizás, que usaron el metate aquel.

Qué maravilla ¿verdad?


Ahora les toca ser pacientes. Algún día llegara "La Trinidad-II" a la cartelera.

Tan tan

RRS