Las fotografías que presento ahora son de una playa muy larga que está sobre la costa del Pacífico, un poco al sur del pueblo de “Todos Santos”.
Son del primero de agosto, que posiblemente es el mes más cálido del año, así que son indicio de vagancia absoluta, ya que esos días uno debe quedarse en casa, debidamente resguardado por el aire acondicionado.
Lo cierto es que como la marea estaba bajando, hubo oportunidad de fotografiar algunos de los organismos que son arrastrados por ella. Con excepción de las últimas, están en el orden en que me los fui encontrando.
Dejo estas para el final porque son las que más me gustan.
Son un regalo para Mariana que, si no me equivoco, cumplió años el día de hoy. Pero si estoy en un error, de todos modos se las regalo.
RRS