24/8/10

Fábula Inconclusa

Andaba el otro día paseando por ahí, cuando de repente llegué a una granja.

Los animales guardianes inmediatamente se alertaron cuando se dieron cuenta de mi presencia:


Pero como vi unos guajolotes en pleno cortejo, pues me detuve a tomarles fotos:


La hembra andaba ahí, rondándolos y alentándolos:




Haciendo que ellos se esponjaran y lanzaran amenazas por doquier:



Con todo y tanta acción, la hembra mejor se retiró a satisfacer otras necesidades primarias:


Pese al desaire, los machos no detuvieron su escarceo:




Y aquí yo digo que, tratándose de animales, uno esperaría que la moraleja se diese en forma natural, casi espontánea pero, al menos a mí, no se me ocurrió ninguna.

Y aparentemente tampoco a los animales guardianes:



O será que la moraleja es que Esopo y La Fontaine siempre se encontraban con bichos bien platicadores.

RRS

15/8/10

La Trinidad- IV

Desde hace tiempo debí haber presentado las fotografías que me faltan de las pinturas rupestres de “La Trinidad”.

No lo había hecho porque quería averiguar más sobre el tema, pero la verdad es que, a más leo, más inabarcable me parece.

Sin embargo quiero anotar algunas cosas que recién leí en el libro de Crosby*, quien me parece es el autor de la obra más completa sobre las pinturas rupestres de la península de Baja California.

Una de las cosas que señala es que su primera impresión de las pinturas de “La Trinidad” es que eran graffiti aborigen, debido al desorden y la disparidad de tamaños y estilos, así como la posición o perspectiva de algunos de los animales representados. Pese a lo anterior, él considera que la calidad de varias de las figuras es no sólo muy alta, sino además distinta a la de la zona “Gran Mural”, que se encuentra hacia el norte.

Para éste lugar, entre los elementos que él destaca figuran, en primer término, el Venado “Bura” macho acompañado por tres cervatos (yo nada más veo dos); el pez con una flecha que parece mostrar sus vértebras como si fuera una radiografía, así como un “mono” que también parece mostrar los huesos; el menciona que además hay otros peces, venados, “monos” y un conejo.

Bueno, aquí si quiero anotar que, según yo, hay dos “monos-esqueleto”, el otro se observa en la primera fotografía, pero de esas dos representaciones a mí lo que más me llama la atención es que tienen seis dedos, a la mejor por eso lo(¿s?) mataron.

Por otro lado, me parece que su conejo es liebre, ya que tengo entendido que por acá no hay conejos. Además yo veo un cánido, que podría ser un coyote o una zorra.

Otra cosa que escribe Crosby es que estas pinturas si estaban en el interior de una cueva, lo que ocurrió es que el techo se desgajó. En su momento yo no me di cuenta, pero él apunta que en el suelo algunas de las piedras tienen restos de pinturas.

Bueno, como antes, presento la fotografía normal, y esa misma ilustración, pero virada hacia el amarillo. Y es que después de varios ensayos, me di cuenta de que de esa forma es como “aparecen” algunas de las figuras ocultas. Supongo que es debido a los pigmentos que utilizaron.

Aquí están las fotos. A ver qué encuentran ustedes.














Y esta es la referencia del libro que mencioné arriba; es un libro que acá se puede conseguir con cierta facilidad.

Crosby, H. W., 1997. The Cave Paintings of Baja California. Discovering the Great Murals of an Unknown People. Sunbelt Publications, San Diego, California. 246 pp.

RRS

8/8/10

Personas-I

Los que han venido con alguna frecuencia por aquí saben que generalmente no aparecen personas en las fotografías.

Ello no es porque no me guste fotografiar a la gente, sino porque los sitios a los que voy más bien están medio deshabitados, o bien las personas no están haciendo algo particularmente interesante. Además los que llegan a acompañarme son tímidos o poco fotogénicos (no, no es cierto, es broma; simplemente no es aquí donde pongo las fotos de mis conocidos).

Pero sí me gusta, y mucho, fotografiar personas.

Total. El fin de semana pasado fui nuevamente, y en dos ocasiones, a las cercanías de Todos Santos.

La salida del sábado pretendía ser "completa", ya que se cubrirían varios aspectos, a saber: ir por pitaya dulce al poblado de “El Triunfo”, para de ahí llegar a la feria del mango en Todos Santos, pasar a alguna playa cercana a tomar fotos y, por último, regresar a comer en Todos Santos.

Debido a que una de las personas que iba se puso medio mal, pues nos quedamos sin pasar a la feria del mango y comimos ya de regreso a La Paz, por lo que se hizo indispensable regresar el domingo para, de paso, ir a otra de las playas de esa zona.

Pero no voy a hablar ni mostrar pitayas, mangos o los restaurantes. Sino a mostrarles a un par de familias que me encontré en cada playa.

La del sábado se llama “San Pedro de las Palmas”, aunque nosotros suponíamos que se llamaba “San Pedrito”. En esa playa hay un afloramiento de agua dulce que permite el crecimiento de palmeras nativas, así como de algunas palmas de coco y de dátil.

Ese afloramiento presenta en algunos puntos la profundidad suficiente como para meterse al agua. Esas son las fotos que ahora presento. En la primera se observa el mar al fondo; en la otra el mar está a mis espaldas.



Pero dado que el domingo descubrimos que el día anterior no habíamos ido a la playa de “San Pedrito”, pues esa fue la que fuimos a conocer ese día. Ahí tomé una sola foto de una familia, donde se ve a todos "construyendo" una pequeña “alberca” a la orilla del mar.


No sé ustedes, pero a mí ver esas familias disfrutando en esa forma me alegro enormemente ese fin de semana.

Verlas me llena de la tranquilidad y regocijo más elementales.

Espero que les causen una sensación similar.

RRS

4/8/10

Punta Lobos

Hace poco más de un mes me fui a pasear a algunas de las playas que están en las cercanías de un pueblo que se llama Todos Santos.

Se encuentra en la costa del Pacífico, a 80 km al sur de La Paz. Es de muy fácil acceso, ya que el camino está totalmente pavimentado. La playa que ahora les presento se llama “Punta Lobos”; según yo es la única en la zona de la cual parten pescadores cada mañana, para regresar después del mediodía con lo que hayan capturado.

La playa de Punta Lobos es de oleaje más bien intenso, con un desnivel considerable entre el mar y la parte seca de la costa. Eso hace que la maniobra de salida sea laboriosa, ya que hay que arrastrar las lanchas al mar, y que la de regreso sea emocionante, puesto que hay que ayudarse de las olas, “montándolas”, para que la lancha se aleje lo más posible de la zona de rompientes. Una vez en tierra, se debe amarrar rápidamente la proa de la lancha con un cabo que ya está atado a una camioneta, la cual la va a remolcar playa adentro.

Desgraciadamente llegamos demasiado tarde como para ver y fotografiar todo esto, así que nada más les dejo las fotos que tomé.

En la primera pueden ver a los pescadores descargando el producto que capturaron, en éste caso calamar:


En las que siguen se ve el lugar en que resguardan las lanchas, el sitio por el que las arrastran tierra adentro, y la diferencia entre el nivel del mar y el terraplén en el que quedan las embarcaciones.




En las que siguen aparece la "escalera" labrada en la arena para poder bajar al nivel del mar, además de vistas de la playa y el acantilado que la flanquea por el lado sur.







Yo no iba a ese lugar desde hace casi 20 años. En ese entonces aún no se encontraba la pequeña capilla que construyeron frente al mar.



Pero la verdad, la verdad, es que todo esto lo escribí nomás como pretexto para poder mostrarles las últimas dos fotografías, de algo que me encontré ahí mismo, y que son nada más y nada menos que un semifósil:


Y un semicardumen semifósil:


Pero tenía que poner algo que medio valiera la pena para justificar tamaña babosada.

RRS