11/10/10

10/10/10

Formas Caprichosas


En mis últimas salidas me he encontrado con tres plantas de forma rara que ahora les presento.

La primera es el árbol-escalera. Una bursera que de seguro ha escuchado aquello de que para subir al cielo se necesita una escalera grande y otra chiquita. Supongo que ella consideró suficiente ser la chiquita.


 El segundo es otra bursera. Yo pienso que es un caso extraño de autoestima, y es que, como pueden ver, se abraza a sí misma con una intensidad desmedida. Ignoro sus motivos.


 El último es una palmera datilera iconoclasta. Y es que aunque es universalmente conocido que los dichos o refranes son, esencialmente, infalibles, ella se ha empeñado en demostrar en forma contundente que no es cierto aquello de que “árbol que crece torcido nunca su tronco endereza”. Y no sólo eso, pese a verse achaparrada no se acompleja, y hasta dátiles tiene. Vean si no.



 Supongo que es por ello que, definitivamente, es mi preferida.

RRS