23/12/08

Complacencia Científica II


Pues afortunadamente ya vino Mariana a darme pretexto para poner un grupo de fotos que en realidad exigen un poco de explicación. 

Abajo ella preguntó, refiriéndose a las pitayas derrumbadas que ahí se ilustran: "¿Y se caen por los vientos o por qué?"

Pues sí. Pero dicho como lo acabo de escribir, pues que aburrición y desperdicio, así que retomaré tópicos que ya abordé y pondré más fotos del asunto.

El primero es el de que en algunas zonas es posible observar lo siguiente:

Es decir, las cactáceas columnares (pitayas y cardones) se asocian con árboles como el mezquite, lo que les proporciona una especie de apuntalamiento adicional al terreno.(Aquí pueden ver más fotos al respecto).

Pero yo tengo la impresión de que esos "arreglos" son más bien la excepción que la regla. Es más frecuente observar lo siguiente:


Es decir, los cactos columnares tienden a crecer aislados y algunos, como la pitaya de aquí arriba, evidentemente siguen la estrategia del aumento de masa para evitar la caída. Tengo entendido que algunos de estos organismos pueden llegar a pesar toneladas.

Pero no en todos los casos lo consiguen o, simplemente, se desarrollan en forma más "esbelta", y es cuando viene lo que motivó el comentario de Mariana, y en lo que ahora abundo.

En realidad la causa son los ciclones que son un elemento climático determinante en el sur de la península. 

Es decir, no es nada más el viento, sino también el agua que, al ablandar la tierra, hace que estos gigantes sean más sensibles al efecto del viento. En realidad encontrar pitayas derrumbadas puede ser consecuencia de procesos de erosión asociados al correr del agua como en la 6ª y 8ª fotos de aquí, o acá.  Pero en éste caso el agua en realidad no socava, sino que sólo ablanda, y el viento hace el resto. Quizás exagero en las diferencias, y deban verse como matices de lo mismo.

Ahora viene una serie de fotos de uno de los ejemplares que me he encontrado:




Y estas son las raíces de la que ya había ilustrado.

Y es que en realidad las raíces de estos cactos son más bien superficiales. Su estrategia no es tanto buscar el agua en lo profundo, "encontrar" el manto freático como el caso del mezquite, sino más bien captar el agua del rocío, producto de la condensación, y es ahí donde se arriesgan.

A mí la que sigue me impresionó mucho. Me hizo pensar en un elefante muerto (pero de muerte natural, no de balazo). Ahora que lo pienso, quizás también en uno de esos ciervos gigantes, de los que ya se extinguieron.

Pero vean también lo que son las "estrategias" de supervivencia. La de abajo es una pitaya agria. Son más chaparras y mucho menos robustas.

Viendo lo anterior, y en plan cuasi-teológico, uno pensaría que son más "listas". Si a estas les pega un animal, un baboso o un ciclón nomás como que se desmembran, y cada cacho tiene oportunidad de "renacer". No deja de ser curioso que cada trozo es un clon del original.
 
Pero ese no es el enfoque correcto. No son más "listas", simplemente son otras adaptaciones.

Además yo una vez platiqué con una y resulto que nomás se sabía puros chismes de animalitos de por ahí y andaba de pleito de vecindad con unos matorrales de por allá. Y era bien fijada.

RRS

PD. A mí la primera foto de las raíces me saca lo simple. No puedo evitar pensar que la biznaga está maloreando a la pitaya con todas las ocurrencias que los mexicanos somos capaces de decirle a un grandote cuando se cae. Ustedes no lo hagan, es de mal gusto. 

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