20/8/08

Exasperación Olímpica


Creo que saben a qué me refiero.

La sobresaturación de la repetición de combates y ceremonia de premiación me hacen maldecir a las televisoras, que quieren que el país entero se "monte" sobre los atletas premiados, y subestime el esfuerzo de los restantes. Asimismo, pareciera que nuestros problemas desaparecerán merced a un par de medallas.

Total. Mejor apago la televisión y dejo de quejarme.

En desquite, lo único que se me ocurre es "ilustrar" la famosa fábula de "La Liebre y la Tortuga" que, me acabo de dar cuenta, ni siquiera sé si se llame así.

En fin.

La tortuga que presento nació en cautiverio. Sus padres han sido cuidados por muchos años por un biólogo que trabaja en mi centro de trabajo. Las mantiene en una especie de jardinera-terrario y, realmente, las cuida mucho. No son nativas de la Península de Baja California, donde no hay tortugas terrestres. Son propias de las zonas desérticas del Norte de México (Antes de que Mariana me corrija. En BCS hay una tortuga de aguas dulces, similar a la que suele comercializarse en las tiendas, además de que en sus playas vienen a desovar cinco especies de tortugas marinas).

La que ilustro es la primera de sus descendientes (ya hay 17 de ellos):


La liebre que pongo me la encontré trotando y ramoneando (ella) en el cauce de un arroyo. Me pareció curioso que no huyera despavorida, aunque tampoco me permitió acercarme lo suficiente, por lo que las fotografías no dan mucho de sí. Noten que tiene una oreja mocha (se nota en la 2ª foto). Pienso que logró huir sea de un perro o de un coyote. Pudo ser un lince, pero me da la impresión de que fue una tarascada, lo que no es propio de los felinos.



Total. A mi modo de ver, en mucho ambas son supervivientes. 

Lo de las tortugas es muy bueno, ya que coadyuva en forma directa e indirecta a proteger la especie. Lo de la liebre es padre, porque logró vivir a un ataque tipo corretiza y sus patitas la salvaron.

En este caso empataron y no se tocó ningún himno.

Tan tan

RRS

5 comentarios:

Chilangelina dijo...

Uy, si a esas vamos, hay un montón de gente que corre y corre para sobrevivir pero no gana nada...
Me cae que todos tenemos algo de liebre. Y supongo que también algo de tortuga.

Saludos!

*Marianita* dijo...

¡qué chula tortuga! ¿hasta qué tamaño llegan a crecer? o ... ¿qué tamaño tienen sus padres? Esa se ve re chiquitina.
Y lo bueno de no tener tele es no enagenarse con las tarugadas de las televisoras. Así que apenas y me enteré de las medallas pa los mexicanos.
Supongo que es igual a cuando juega la selección nacional de fucho. Ellos ganan y dicen: GANAMOS. Ellos pierde y dicen: PERDIERON.
Ni modo... pobre coyote/perro que no comió. Vientos por la liebre veloz.

*Marianita* dijo...

chin, ya hice mis planas. ENAJENARSE, ENAJENARSE, ENAJENARSE... chale

bandala dijo...

Estas han sido las olimpiadas más... guácalas de todas (perdón, se me agota el léxico en un caso como éste).
No sé qué es más repugnante: la cobertura de los medios con su seudo-periodismo de entretenimiento, el discurso de estos mercachifles tratando de paliar la transmisión de una derrota tras otra, o el espectáculo de los directivos y políticos del deporte.
La tortuga y la liebre podrían enseñarles mucho.

Abrazos!

Xerófilo dijo...

Hola:

Eileen. Es lo bueno de la naturaleza. En éste caso la liebre se conformó con lo único que le interesaba: salvar su vida. Pero te entiendo. Nuestra vida no es simple, y la negación de nuestros satisfactores suele ser por parte de nuestra misma especie.

Mariana: para variar, y como buena madrina, me diste pretexto para poner más fotos. Va en el siguiente capítulo una respuesta parcial a tus interrogantes. Respecto al conflicto coyote-perro vs. liebre tú lo sabes bien. Como dije arriba, en la naturaleza no hay bueno ni malo; cada quién hace lo suyo, y trata de hacerlo lo mejor posible. Por otro lado, desde otro ángulo, en realidad al coyote-perro le fue bien. Al menos tuvo algo para masticar ¿no?

Bandala comparto en todo tu opinión. Me gusta el deporte y lo que suelo hacer es ver las transmisiones sin ningún volumen. Aún así acaba uno hastiado por la redundancia visual. Me imagino que te ocurre lo que a mí. En el trabajo me ven como bicho raro porque, como dice Mariana, les hago burla cuando dicen "GANAMOS". Lo malo es que no hay viso alguno de que las televisoras pudiesen cambiar de actitud. Ya ves, nuestros legisladores siguen sin generar la nueva ley que las regule.