26/5/08

Revolución de la Naturaleza


Pienso que, en la actualidad, prácticamente cualquier persona está medianamente enterada del importante deterioro que existe en la abundancia y calidad de los recursos naturales.

Al respecto sólo diré que, a diferencia de muchos, me preocupa mucho más la contaminación que el calentamiento global. Me explico brevemente, el mundo se ha calentado muchas veces antes (y vuelto a enfriar), pero la producción de sustancias nuevas (lo que debe entenderse como nuevos contaminantes), la elevada concentración de tóxicos (basureros de materia sólida y descarga a todo cuerpo acuático que se nos ponga enfrente), y el deterioro de cuanto sistema de depuración natural hay en el planeta, eso si es más nuevo. Como biólogo les digo que ni los volcanes, terremotos o el fuego mismo, amigos queridos del Averno, son tan persistentemente destructivos como nosotros lo estamos siendo. Estamos arrasando con todo, desde bichos (especies), hasta ecosistemas, pero es más por la contaminación que por cualquier otra cosa.

Pero ustedes ya saben eso, quizás discrepen en la importancia relativa de cada factor, pero yo aquí quiero presentarles unas fotos, que son de un tipo que siempre me arrancará una sonrisa.

Primero introducción corta. Pienso que los seres humanos nos la pasamos modificando las cosas para hacer nuestro entorno más agradable, más cómodo. A veces lo hacemos bien, otras no. La verdad es que la naturaleza siempre nos hace notar nuestra "intromisión", incluso cuando somos más o menos "amables".

Las fotos que siguen son de una intromisión común, hacer una barda, y ahí viene ella, "Doña Naturaleza", a invadirnos, a demostrarnos que la que manda es ella. O, también podría decirse, a decirnos que le gustó un poco la forma en que modificamos el ecosistema.


Para mi esto es la onda. Vean si no son un incordio:


Otro ejemplo, a veces no tan agradable por los tropezones, pero que para mí también es lo máximo, es cuando a los árboles les da como que "comezón", y deciden que la banqueta les es estrecha (la verdad ahí sí, que poquito espacio les dejamos a sus raíces). Pero no hay bronca, murmuran ellos, y así, despacio despacito van levantando todo, demostrándonos su fuerza descomunal, y que nomás sus chicharrones truenan. Lo hacen tranquilos, sin aspavientos, como debe de ser, educadamente.


Y crean diminutos hábitats, mares oceános dentro de la ciudad que compiten, a su escala, con las playas chilangas:

Y donde también hay tragedias:


En fin, todos sabemos que acabaremos así:


Pero ¿no podríamos hacerlo sin hacer daño, como el pollito de arriba?

¿O, mejor aún, vivir con dignidad, sencillez y entereza como ellos?

Bueno, ya me voy. Pásenla bien.

RRS

5 comentarios:

Anónimo dijo...

hola! tranquilo que no sere un cmentarista pesao, solo queria dejar constancia de que estoy my apenado por el animalito q murio
un saludo!

Xerófilo dijo...

Hola Juan:

Siempre serás bienvenido.

Esa tarde se dejo venir un agüacero en la Ciudad de México. Yo salí a caminar en cuanto acabó. Me gusta la lluvia, su olor y esa sensación de cosa lavada que deja.

A mí me impactó mucho el pollito (de gorrión, creo) pero la verdad, en ese caso, no me mueve a tristeza. Es una muerte natural, por causas naturales. La lluvia lo tumbó del nido, con tan mala suerte que, para colmo, cayó en un charco y se ahogó.

Chin, tienes razón, si es triste.

Saludos

Chilangelina dijo...

Eh-eh-eh-eh-eh!!!!
Como es que usted ya tiene blog y yo no me habia enterado????????

Xerófilo dijo...

Es que soy tímido

Xerófilo dijo...

Tienes harta razón, creo que es más adictivo al inicio.

No, no es cierto, si no no me estarías contestando.

Mejor revísa lo hecho, y critícalo harto. Digo, si tienes tiempo.

Tus fotos de los lobos marinos me hicieron pensar en lo que aludo en este tema.

La naturaleza puede ser deliciosa y simpáticamente invasiva.

Voy a ver si encuentro algo nuevo que pegar.

Saludos